En el contexto de la pandemia del Covid-19, el Centro de Servicios Educativos en Salud y Medio Ambiente (CESESMA) ha desarrollado nuevas prácticas para establecer una red de escucha a las comunidades. El objetivo es el acercamiento con las y los diferentes actores con quienes actúan en las poblaciones rurales de Matagalpa, norte de Nicaragua. Ellos han enfrentado múltiples crisis sociales, políticas, económicas, ambientales y culturales.
La organización definió mantener comunicación con diferentes actores para evaluar, de manera conjunta, adaptando las actividades en el período. En consulta a 25 mujeres y hombres (adolescentes, jóvenes y adultos) definieron realizar el trabajo de forma virtual y dar seguimiento a la construcción participativa de dos procesos de sistematización. Son ellos “Investigación Acción Transformadora” y “Pactos comunitarios de diálogo, respeto, protección e igualdad de género”.
Estos aprendizajes permitieron a CESESMA ajustar las estrategias planificadas dentro del marco del en el Proyecto Regional Interpaz. Su objetivo es la Promoción de una cultura de paz con igualdad y equidad de género para niñas, niños, adolescentes y jóvenes en Latinoamérica. El proyecto se ejecuta con apoyo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) en cofinanciación con terre des hommes Alemania, entre 2019 y 2022, en Brasil, Colombia, El Salvador y Nicaragua.
Escucha a las comunidades, nuevas estrategias
Desde marzo, CESESMA realiza sondeos de opiniones con personas adultas, jóvenes, adolescentes, niñas/os que comparten sus experiencias desde los municipios de San Ramón, El Tuma La Dalia y Rancho Grande. Las encuestas realizadas por teléfono por las/os educadores de la organización son un instrumento para colectar información y, de acuerdo con el rango etario de las/os participantes, brindan datos relevantes sobre las necesidades de los grupos y para orientar acciones futuras. Esta experiencia ha permitido crear otras formas de acercamiento con las personas.
En junio realizaron conversatorio a profundidad con mujeres adultas y jóvenes, que son parte de grupos de asistencia psicosocial, a través de llamadas por teléfono, adaptándose al proceso virtual con el resguardo de su seguridad e identidad. En este espacio expresaron sentimientos generados durante la pandemia que les conecto con experiencias de violencia anteriores.
Así se logró conocer su estado de salud emocional y físico, preocupaciones y situaciones de violencia que pudiesen estar viviendo en su aislamiento domiciliario. El contacto virtual ha sido relevante por generar un sentido de presencia que contribuye a afrontar el impacto de las múltiples crisis vividas en este momento.
Los resultados del conversatorio evidenciaron la preocupación de la mayoría ante las crisis económicas y alimentaria. “Le ha afectado emocionalmente la pandemia. La situación está crítica, sin trabajo porque cortaron los trabajos en las fincas. Preocupa ponerse a pensar en lo que está pasando, sin dinero y con hijos que le pidan comida”, registra el informe.