Interpaz

Cultura de paz

El objetivo de una cultura de paz es garantizar que los conflictos que resultan de las relaciones humanas se resuelvan de manera no violenta, con base en los valores tradicionales de la paz: justicia, libertad, equidad, solidaridad, tolerancia y respeto a la dignidad humana.

Se entiende la paz como un sentimiento individual, que se vivencia en las relaciones interpersonales, y que también se ejerce como un derecho.

Conjunto de valores, actitudes y formas de vida que favorezca la convivencia y el compartir basados en los principios de equidad y respeto a la vida, los derechos humanos y al planeta. La cultura de paz rechaza la violencia y se ocupa del conflicto a través del diálogo y la negociación entre individuos, grupos y naciones.

Promover una cultura de paz es un desafío particularmente relevante en América Latina, una región marcada por la violencia y desigualdades, que afectan principalmente a determinados grupos de la población. Niñas/os, adolescentes y jóvenes; mujeres; personas LGBTQI+; pueblos indígenas; poblaciones afrodescendientes; y personas con discapacidad son algunos de los grupos cuyos derechos son más vulnerados en contextos de exclusión económica y social, explotación, destrucción ambiental y discriminación basada en género, orientación sexual, etnia, raza, origen, entre otros factores.

Ante este escenario, el fomento a una cultura de paz se relaciona directamente a las luchas contra las múltiples formas de violencias sostenidas por el sistema capitalista, patriarcal y racista: la violencia de Estados y de los conflictos armados, la violencia contra las niñas y mujeres, la opresión racial, el reclutamiento y asesinato de adolescentes y jóvenes, la explotación y los castigos corporales contra la niñez, entre otras. No se puede hablar de vivir en una cultura de paz sin justicia social y la garantía de la universalidad de los derechos humanos, como el derecho a la educación, la salud, la alimentación y a un medio ambiente sano y seguro.

La violencia de género es una realidad brutal en la vida de muchas niñas, mujeres y personas LGBTQI+, que sufren violencia tanto en el ámbito privado, en la casa, como en el ámbito público, en la calle o en el trabajo. No hay cultura de paz donde persiste la violencia de género.

Para las niñas y mujeres, la violencia suele entrelazarse a otros factores de discriminación por etnia, raza, clase social, nivel educativo, discapacidad, etc., y a esto se denomina interseccionalidad. En esa lógica, por ejemplo, la  mujer joven indígena o negra, con dificultades socioeconómicas, experimenta la discriminación y la violencia de manera específica e intensificada.

Actuar y hacer hincapié en la lucha por la igualdad y equidad de género en el proceso de construcción de la cultura de paz significa, por lo tanto, reconocer los impactos en la vida de mujeres y personas LGBTQI+ de este sistema que normaliza la violencia de género y se traduce en violencia física, sexual y psicológica, feminicidio, discriminación, misoginia, definición de los roles que pueden desempeñar hombres y mujeres en la sociedad (y sus consecuencias materiales), el control de la sexualidad y de los cuerpos de las niñas, adolescentes, jóvenes y  mujeres adultas, entre otras formas de opresión.

También implica reconocer la desigualdad histórica experimentada por las mujeres y la necesidad de impulsar políticas públicas que aseguren que las niñas, jóvenes y mujeres adultas gocen de autonomía e igualdad de condiciones, ejerzan sus derechos como ciudadanas y que tengan voz e influencia en las tomas de decisiones.

La Declaración y el Programa de Acción sobre una Cultura de Paz de las Naciones Unidas, en su artículo 3, establece que el desarrollo de la cultura de paz está vinculado a la erradicación de la pobreza, al fortalecimiento de las instituciones democráticas, a la promoción del desarrollo económico y social sostenible, a la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres y a la protección de los derechos de niñas y niños, entre otros aspectos.

Cultura de paz es un concepto en permanente construcción, que se transforma de acuerdo con los contextos sociales, económicos, políticos y culturales. Cada sociedad encuentra sus propias respuestas para la paz y construirla es un reto que requiere cuestionamiento de los saberes previos y la superación de los patrones culturales patriarcales.

Lea más en: Metodologías para la promoción de una cultura de paz y la prevención de la violencia de género con niñas, niños, adolescentes y jóvenes

El Proyecto Regional Interpaz tuvo como objetivo promover una cultura de paz con equidad de género, junto con niñas/os, adolescentes y jóvenes. Las acciones difundieron prácticas y metodologías para la resolución no violenta de conflictos, respeto por la pluralidad, fomento del diálogo y la ruptura de las normas culturales que naturalizan diversas formas de violencia, principalmente contra niñas y mujeres.


PARA SABER MÁS

Convención sobre los Derechos del Niño
Diferentes artículos de la Convención de las Naciones Unidas mencionan promover la paz para proteger a las/os niñas/os de todas las formas de violencia, y prepararlas/os para una vida responsable en una sociedad libre, promover su derecho a participar plenamente en actividades culturales y artísticas, entre otras garantías. Entre los principios establecidos por la Convención está el de la no discriminación, incluida aquella basada en el género.

Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz
La Declaración de las Naciones Unidas establece que la promoción de la cultura de paz requiere la eliminación de todas las formas de discriminación basada en raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra origen nacional, étnico o social, propiedad, discapacidad, nacimiento u otro estatuto.

Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 16
El fin de todas las formas de violencia contra niñas/os, adolescentes y los jóvenes al 2030 es parte de los compromisos asumidos por los países miembros de las Naciones Unidas.

Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer
El instrumento adoptado por la Organización de los Estados Americanos (OEA) define la violencia contra la mujer, establece el derecho de mujeres para vivir una vida libre de violencia y destaca la violencia como una violación de los derechos humanos y de las libertades fundamentales.

Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer 
El tratado internacional de las Naciones Unidas promueve el concepto de igualdad sustantiva, que requiere acciones o medidas para asegurar igualdad de acceso, oportunidades y resultados para las niñas y mujeres. Es el único tratado de derechos humanos que incluye el derecho de mujeres para decidir libre y responsablemente sobre el número y el intervalo entre sus hijos y tener acceso a la información, educación y medios que les permitan ejercer ese derecho.

Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 5
Considerado un objetivo transversal a todos los objetivos y metas de desarrollo sostenible de Naciones Unidas, este ODS busca lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas hasta 2030. Uno de sus objetivos es eliminar todas las formas de la violencia contra todas las mujeres y niñas en las esferas públicas y privadas.

Metodologías para la promoción de una cultura de paz y la prevención de la violencia de género con niñas, niños, adolescentes y jóvenes

Esta publicación se dirige a trabajadoras/es de organizaciones sociales y a educadora/es que trabajan en América Latina y en otras partes del mundo. El documento presenta las metodologías desarrolladas por las organizaciones aliadas al Interpaz para la promoción de una cultura de paz, la prevención de la violencia contra las niñas y mujeres y la participación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes como protagonistas en la reivindicación de sus derechos. Estas metodologías utilizan los deportes, las artes, los juegos y los principios de la educación popular y pueden aplicarse a una gran variedad de públicos.
 
Forman parte del Proyecto Regional Interpaz: Ação Educativa (Brasil), Corporación Amiga Joven (Colombia), Museo de la Palabra y la Imagen (El Salvador), Centro de Servicios Educativos en Salud y Medio Ambiente – Cesesma (Nicaragua), con la coordinación regional de terre des hommes Alemania.